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¿Tuvimos un hijo

Capítulo 16
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¿Tuvimos un hijo?

Capitulo 16

En ese momento, Anastasia estaba ocupada, brindando con los demás hombres, quienes se acercaban

un poco, antes de chocar con Helen al darse la vuclia.

–Brindemos, Anastasia. Me gustaria disculparme por lo que le hice en la oficina dijo Helen,

disculpándose.

Sin embargo, Anastasia solo se rio con frialdad como respuesta, sabiendo que Helen estaba haciendo

un drama y siendo hipócrita. Por lo tanto, decidió ignorarla y se retiró, pero Helen la tomó de la mano, la

que tenia la copa de vino tinto, y se lo derramó en su propio vestido antes de que Anastasia pudiera

reaccionari

–iAh! –—gritó Helen, horrorizada. Cuando Elias se acercó de prisa para ver cual crael alboroto, Helen

dio dos pasos atrás y lo abrazo. Como pudiste hacerme eso, Anastasia?! –la cuestionó, culpándola de

arruinar su vestido de gala con vino tinto.

En cambio, Anastasia se quedó confundida al ver la lingida inocencia de licen y pensó: «Esta zorra se

merece un premio Oscar por su actuacions.

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–Anastasia, sé que mi culpa que haya querido quejarme de ti, pero no tienes derecho de hacerme esto

tampoco...–dijo Helen con amargura y llanto, tratando de causar lástima.

Al mismo tiempo, todos los demás miembros de la sociedad de alta clase, que estaban en el banquete,

de inmediato tuvieron simpatia con Helen antes de darle una mirada despectiva a Anastasia por sus

acciones deplorables.

–––Discúlpese, señorita Torres –dijo Elias con un tono y mirada frios, cando entender que estaba

irritado.

Descontenta, Anastasia miró a Elias, pensando que estaba llegando a conclusiones sin saber cuál era la

situación; al fin y al cabo, era Helen quien la habia tomado de la mano e hizo que le derramara el vino

rojo en su vestido, l‘or lo tanto, a Anastasia no le parecia aceptable disculparse por algo que ella no lizo

mal.

– Por qué habria de disculparme? Levantó la barbilla con obstinacion, landole una mirada firme al

hombre

Está bien, Elias. Estoy bien; puedo cambiarme dijo lelem, negando con la cabeza, como si tratara de

soportar nu amargura mientras tingna nuperioridad moral

Yo la perdono.

–No necesito tu perdon–le contestó Anastasia tras apretar los puños.

—Anastasia, discúlpese de una vez! –exclamó Elías con furia, sus ojos llenos de apatia mientras se le

sobresaltaban las venas de la frente. Con sus bellos ojos, Anastasia miró a Elías y rio con frialdad.

–Solo me disculparé si ella está dispuesta a escucharlo de rodillas.

Por otro lado, Helen se sentía muy alegre por dentro al ver que su plan había sido exitoso, gracias a que

conocía el carácter de Anastasia desde que estaban juntas en la escuela primaria. Al saber que era

testaruda e inflexible, Helen estaba intentando enfadarla frente a Elías, para hacerla ver como alguien

irrazonable.

–Usted... –Los ojos de Elías se llenaron de rabia al ver a Anastasia.

– Por favor, no la culpas, Elías. Fue mi culpa; soy tan torpe, así que no te preocupes por mí, que estaré

bien. No seas tan duro con Anastasia. –Helen se mordió el labio, tomando a Elías de la manga, mientras

fingía que se tragaba su reclamo.

Tras oír lo que dijo Helen, Anastasia sintió la fuerte urgencia de alzarle la mano a esta; pronto, la

encargada se acercó y dijo:

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–Señorita Sarabia, le tenemos listo un nuevo vestido. Por favor, acompáñeme.

Helen asintió y la siguió, mientras que, aunque Anastasia pudo percibir la atención desagradable que la

rodeaba, decidió quedarse callada y aguantarse. Después de todo, aún no había visto su joyería favorita

y no tenía planes de irse aún.

–Venga conmigo. –Al siguiente segundo, Anastasia sintió que Elías la sujeto con fuerza de la muñeca,

con lo que la llevaron a la fuerza a una sala privada.

–Suélteme, Elías. –Ella quería librarse, pero no era rival para la fuerza física superior de ese hombre. En

cuanto entraron a la sala de estar, Elías soltó a Anastasia, quien se cruzó de brazos y lo miró.

–iiQué está haciendo?!

Sin embargo, Anastasia solo miró con furia al hombre, sin mostrar rastro de que cederá.

–¿Qué va a hacer si no me disculpo?

Al pensar que Helen era la novia de Elías, Anastasia creia que él haría todo lo posible por protegerla.

Por lo tanto, consideró que no tenía sentido que le diera una

explicación.

–Anastasia, sé que su madre falleció cuando usted era muy joven, pero ¿por qué no puede comportarse

y tratar con bondad a las personas? ¿Por qué tiene que ser tan mala e irracional? –Elías estaba algo

frustrado, preguntándose por qué Anastasia siempre se metía en problemas.