Capítulo666
Clara sintió una creciente sospecha en su corazón, y miró disimuladamente a Alejandro. No
entendía qué quería este hombre.
-Son solo productos comunes, estoy haciendo negocios normales- dijo Pol mientras empujaba sus anteojos. Sus
ojos azules y elegantes reflejaban una sonrisa de profunda ambigüedad, y solo la ligera rigidez en sus labios
revelaban su enojo oculto. -Alejandro, tu imaginación parece estar
demasiado activa. Incluso si tienes prejuicios contra mí, no deberías juzgar gran facilidad, el
carácter de una persona y menospreciar su valor.
Alejandro sonrió de manera ambigua y pasó la lengua por sus labios.
-Alejandro y yo, somos diferentes. Has tenido un camino fácil en grupo Hernández y, a una edad temprana, te has
convertido en un nuevo magnate del mercado, el heredero designado por el señor Fernando. Un joven de una
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtfamilia adinerada como tú, nunca podrías entender lo difícil que es
para un empresario comenzar desde cero.
Clara escuchó estas palabras y, mientras parpadeaba sus largas pestañas, tomó un sorbo de champán. Recuerdos
que había enterrado en lo más profundo de su corazón durante mucho tiempo, comenzaron a resurgir en su
mente. En realidad, nadie entendía mejor que ella la situación de Alejandro en el grupo Hernández. Su camino
había sido mucho más difícil de lo que
Pol sugirió.
-No esperaba que mi simple pregunta llevara a tantos argumentos de tu parte. Parece que te puse nervioso. No te
lo tomes tan a pecho. Puedes considerar lo que escuchaste en Austria, como simples rumores- dijo Alejandro con
una sonrisa ligera. A pesar de su sorprendente belleza, irradiaba una presencia imponente con sus profundos ojos
oscuros.
-Y, además, lo que dijiste antes no es correcto. No tengo prejuicios contra ti como persona, pero si te acercas a
Clara, con el propósito de pretenderla, tendré prejuicios contra ti- añadió con firmeza.
Pol apretó los dientes y su rostro palideció al instante. Camila estaba atrapada en medio de dos fuertes hombres,
escuchando su discusión cada vez más intensa. Aunque no se atrevió a mostrarlo, su corazón latía de emoción y
asombro. Siendo la hermana de Clara y ocupando una posición social extremadamente alta, se vio obligada a
mantener su compostura. Se mordió los
labios con fuerza, conteniendo una risa juguetona y nerviosa.
—Alejandro, ¿Ya has terminado? dijo Clara finalmente, incapaz de soportarlo más. Miró fijamente al hombre de
aspecto severo a su lado y amenazó con enojo, -¿Quieres que te golpee, si sigues
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Alejandro sintió una leve opresión en el pecho y apretó la mano que descansaba sobre la mesa. Luego, con gran
lentitud, comenzó a acercarse a ella, y sus dedos rozaron su suave y redonda muñeca. Las yemas de sus dedos,
con una textura áspera, acariciaron su delicada piel.
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏm-Clara, cometi un error. ¿Puedes no estar enojada? – susurró con voz ronca mientras sus dedos. cálidos parecían
enredarse alrededor de la suave muñeca de Clara. Hubo un hormigueo sutil que
se extendió por su piel.
Al ver que ella no respondía, Alejandro se sintió aún más ansioso. Inclinó su cuerpo hacia ella, y continuó con voz
ronca: -Si quieres golpearme, para desahogarte, ¿puedes esperar hasta que no haya nadie más aquí? Después de
todo, aunque no signifique mucho para ti, soy un gerente, y aunque no me consideres importante, en este
momento hay mucha gente alrededor, deseando una
noticia. Por favor, señorita, déjame guardar un poco de dignidad.
Camila se mantuvo imperturbable, pero en su interior se estaba riendo a carcajadas.
-¡Mantente tranquilo! Tienes la piel dura y yo no tengo tiempo para eso- Clara respiró con
dificultad, con frialdad, y apartó la vista de él.
Alejandro fijó su mirada apasionada en los labios rojos y sensuales, levemente fruncidos de ella Su lengua ardía y
su corazón le latía en el pecho. A pesar de tener treinta años, se sentía como un joven inexperto cuando ella
sonreía, fruncía el ceño o hablaba.
La iluminación en la sala cambió, y un rayo de luz elegante y sofisticado descendió sobre el escenario desde arriba.
En ese momento, la voz clara del maestro de ceremonias resonó en