La Caída y el Rescate del Amor Novela

Y Elio, obviamente, ya había ocupado ese lugar.

Pero la pequeña sabía, sabía que no era así.

Ella siempre lo había sabido, pero aun así lo ocultaba

Definitivamente, no había nadie más duro de corazón que ella.

Forzó una sonrisa y le dijo suavemente, “Eso es, Violeta, dile ‘papito.”

Los ojos grandes de Violeta brillaron y abrió la boca sorprendida.

Regresó su mirada a Elio.

Lo observó por un momento y de repente, su boquita se torció como si estuviera a punto

de llorar.

“Elio, ¿de verdad eres mi papito?”

Él no esperaba que Violeta pareciera a punto de llorar, se quedó quieto, sintiéndose

inseguro.

“¿No te gusta que sea tu papito?”

Violeta tomó su cara entre sus manos y sus ojos se llenaron de lágrimas brillantes, “¿Elio

es mi papito de verdad?”

Con esas palabras, todos comprendieron la situación.

Ella quería que Elio fuera su verdadero papá, no que tuviera que empezar a llamarlo así a

mitad de camino.

El corazón de Elio se apretó de pronto al ver la carita de Violeta.

Asintió una y otra vez, dejando un beso en la mejilla de la niña.

“Sí, ¡Soy verdadero padre!”

Las manitas de Violeta apretaron su rostro con un poco más de fuerza.

“¿De verdad?”

“Sí, eres la hijita preciosa de Perla y mía. Perla es tu mamá, yo soy tu papá y tú eres mi

hija.”

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Violeta aspiré ruidosamente por la nariz, apoyando su pequeña frente contra el entrecejo

de Elio.

“Entonces realmente eres mi papá.

¡Sí, lo soy!”

El frotó su cabecita.

Violeta volvió a suspirar y abrazo más fuerte a Elio, escondiendo su cabeza en su cuello.

“Papa.”

“¡Ay, carajo!”

Elio sintió una punzada en la nariz, estaba a punto de llorar.

¡Maldita sea!

Perla, a su lado, también estaba conmovida hasta las lágrimas, pero las palabras que

salieron de Elio la hicieron volver en sí.

“Todo es culpa de Perla, por no decírmelo antes!”

“i¿Qué estás diciendo?!”

No pudo evitar darle un puñetazo en la espalda, ni fuerte ni suave.

Estaba a punto de enloquecer.

En un momento tan importante, él tenía que salir con esas, arruinando el ambiente.

Parecía que Violeta ya estaba acostumbrada a las payasadas de Elio.

Estaba completamente inmersa en su pequeño mundo feliz, habiendo encontrado a su

padre.

“Papá.”

Esta vez Elio no falló y respondió con claridad.

“¡Ay, mi niña linda!”

“Papá.” Volvió a decir la niña, separándose del cuello de Elio y mirándolo fijamente, “Creo

que Elio suen mejor.”

“¿Eh, qué dices?!”

Elio respondió instintivamente, frunciendo el ceño al darse cuenta.

Violeta contestó, “Creo que Elio suena mejor, ¿puedo seguir llamándote Elio?”

Él se puso serio, “¡No! De ahora en adelante, tienes que decirme papá.”

Violeta puchereó, “Elio suena mejor que papá.”

“¡No, no! ¡Tienes que decirme papá!”

La niña bufó con enojo, “¡Elio es malo!”

“¡Dime papá!”

“¡Elio!”

“¡Eh, chiquilla! Apenas me acabo de convertir en tu padre y todavía no he disfrutado de lo

que eso significa, ¿y ya no me quieres decir así?”

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Capitulo 1864

¡Perla realmente no sabía si reírse o enojarse!

¡Mira lo que decía su hija!

¿Qué es eso de usar su nombre de pila y no ‘padre”?

Era demasiado.

David observó a Elio con ese aspecto de desesperación y no pudo evitar sonreír con

malicia.

¿Presumiendo de ser padre?

Si ni siquiera podía escuchar la palabra ‘papá’, ¿qué tenía para estar orgulloso?

Selena notó la expresión sutilmente maliciosa de David.

Habia pensado que Elio estaba siendo infantil al usar a Violeta como un medio para darle

la vuelta a la tortilla y que David se enojara, tal vez solo lo retaría un poco.

Pero no esperaba que su esposo, realmente le diera importancia a ese pequeño asunto.

Después de todo, Elio era su hermano menor y si se trataba de rivalidad entre ellos,

claramente había algo.

Había subestimado su relación fraternal.

Pero esos dos hermanos, realmente eran muy infantiles.

Aunque últimamente no salía mucho y los asuntos de la empresa eran bloqueados por la

sólida barrera de David, no tenía noticias interesantes y menos aún de otras cosas que no

tenían nada que ver con ella.

Pero no se sentía aburrida.

Además de que David había hecho que la gente viniera a acompañarla, Petrona también

se comunicab con ella de vez en cuando.

Sentía que, aparte de la movilidad reducida y algunos síntomas del embarazo, la

maternidad era bastante interesante.

Comparado con antes, era mucho más placentero.

David era particularmente sensible a los cambios de ánimo de Selena.

Al darse cuenta de que ella estaba feliz, levantó la mirada hacia ella.

Selena le levantó las cejas, sin mostrar ningún atisbo de vergüenza por haber sido

descubierta.

Su esposo también arqueó una ceja y se inclinó hacia ella, “¿Te ríes de mí, eh?”

Ella se reclinó en el sofá y levantando una mano a su hombro, dijo con una risa ligera:

“Nosotros no nos preocuparemos, confiemos que cuando nuestros bebés empiecen a

hablar, seguro dirán ‘papá’ y ‘mamá’ primero. ¿Verdad que sí? Mucho mejor que con Elio.”

David soltó un bufido, “Es raro oír decir ‘papá’, ¡imagínate después cuando sean dos los

que me digan así! ¡Voy a ser mucho mejor que él!”

Selena asintió con la cabeza, pero luego agregó:

“Recuerdo que la última vez que fuimos a ver al abuelo, aquel monje dijo que Perla quizás

tendría tres hijos más. Seguro serían de Elio, ¿no?”

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David se puso pálido al instante, ¿tres hijos más?

“¡Psh!” Exclamó con irritación.

“Ese tipo de cosas son para escuchar y ya.”

Sin embargo, Selena parecía creerlo, “Yo pienso que más vale creer que dudar.”

David la miró de reojo, frunciendo el ceño, ‘Solo dijo que Perla tendría tres hijos, no que

todos serían de

Elio!”

Ella se quedó sin palabras.

Tan fuerte es tu instinto de competencia que incluso piensas eso?”

David la miró con indiferencia, “¿Y tú por qué descartas la posibilidad?”

Selena se quedó callada, ¿cómo podría saber lo que sucedería en el futuro?

Elio por su parte, insistía en que Violeta siguiera llamándolo ‘papá’.

Pero Violeta se negaba a cambiar de parecer.

El salón de repente se llenó de vida y no pasó mucho tiempo antes de que entraran cuatro

personas por la puerta.

Lola entró apurada empujando la silla de ruedas de la abuela.

Felisa venía justo detrás de ella.

En cuanto la abuela entró, su mirada se posó en Violeta, quien estaba en brazos de Elio.

“¡Ay, mi preciosa bisnieta! Ven aquí para que tu bisabuela te vea bien. ¡He esperado tanto

por este día!”

Elio se sintió un poco intimidado por la situación y retrocedió instintivamente dos pasos,

aun sosteniendo a Violeta.

Felisa rápida, se adelantó y le arrebató a Violeta de los brazos.

La niña parpadeó confundida, pero al ver que era Felisa, su cuerpecito se relajó.

“¡Rápido, rápido, rápido!”, animó la abuela desde atrás

Felisa, con Violeta en brazos, se acercó a la abuela y sin poder resistirse, le rozó la mejilla

a la niña, “Ay, mi dulce y querida nieta.”

Cuidadosamente colocó a la niña en las piernas de la abuela y Violeta se quedó quieta, sin

atreverse a

moverse.

La abuela la abrazó fuerte, sus ojos fijos en ella, llenos de lágrimas emocionadas.

“Ven mi niña, dime ‘bisabuela’.”

Violeta miró a Perla, quien le sonrió y asintió con la cabeza.

Ella sonrió ampliamente, su voz infantil sonó clara y dulce.

“Bisabuela.”

Felisa también se acercó, “Niña, dime ‘abuela”.”

“Abuela.”

Felisa casi llora de la emoción.

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La abuela, por su parte, acariciaba el rostro de la niña, conmovida.

“Mira qué hermosa es mi bisnieta. Esos ojos, esa expresión. ¡Podría reconocer que es mi

bisnieta con solo mirarla!”

Felisa asintió con entusiasmo, “¡Por supuesto que sí! Yo también la réconocí al instante!”

La abuela dijo sin más: “¡Solo un tonto no lo vería!”

Elio parpadeó y no sabía qué decir.

¿Se estaba dando por aludido sin razón?