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Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Chapter 722
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Capitulo 722 Ese nombre vibro en sus nervios como un picotazo, Marisol siempre habia sabido de la existencia de esa mujer, aunque nunca la habla visto, Ahora, al verla por fin, confirmé que era tan hermosa como habia imaginado. Un rostro en forma de corazén, ojos brillantes y dientes como perlas, apenas llevaba maquillaje y tenia una gracia y pureza que parecia no pertenecer a este mundo.

Escucho a Antotratando de disimular su asombro. “;Cuéndo volviste?” “Hoy.” Jacinta se echd hacia atras unos mechones de cabello sueltos y sonligeramente. “Fui al hospital a buscarte yentere de que hablas ido a la zona del desastre. Pensé en volar directamente alli para encontrarte, perodijeron que tu también volvias hoy en avién, asi que pedi tu direccién y vine a esperarte.” Jacinta se acercd con sus tacones resonando. Saludé a Marisol con un gesto y su sonrisa se amplié. “Acabas de bajar del avién y todavia no has comido, ; verdad? Vamos a buscar un restaurante, ;qué tal si vamos a ese lugar donde soliamos comer, Antonio? Tengo tantas cosas que quiero decirtel Al escuchar la Ultima frase, Marisol de repente se sintié6 muy fuera de lugar.

Era como si ellos dos tuvieran un campo magnético, algo invisible los estaba atrayendo, y ella estaba excluida, con dificultad para respirar, Se solto suavemente de la mano rigida de Antoy dijo con voz apagada, “iYo subiré primero!” Después de dar unos pasos, fue retenida de nuevo.

“jVamos juntos!” Al voltear sorprendida, que Antoestaba apretando sus dedos sin intencién de soltarla, frunciendo el cero, dijo. “¢No estabas diciendo que tenias hambre justo después de bajar del coche?” Marisol tragé saliva, notando la expresién algo tensa de ge El Porsche Cayenne negro entré en un callejon relativamente tranquilo y se detuvo frente a un restaurante de barbacoa, que parecia haberse ampliado recientemente con dos pisos mas, colgando pequefas luces coloradas en cada ventana, dandole un ambiente calido.

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Habia mesas disponibles en el primer piso y fueron acomodados por el camarero junto a una ventana. Quizas por el disefio.del lugar, pusieron.una-olla.de cobre para.el.carbén.en.el.centro.de la.gran.mesa,.y-desde otro.angulo, sus asientos formaban un tridngulo complicado.

Jacinta parecia muy emocionada en el camino, mirando a su alrededor sin parar, y al sentarse, continuo observando. “No puedo creer que siga igual.” “Siempre ha sido popular”, respondié Antonio.

“iHas venido aqui estos afios?” pregunto Jacinta, emocionada.

Antoasintié con un celevemente fruncido.

“Disculpa, acabo de volver al pais y estoy un poco emocionada,olvidé de presentarme. Hola, soy Jacinta Santos!” Jacinta extendi6é su mano con confianza y miré a Antocon una luz parpadeante en sus ojos, “jPuedes llamaJacinta, como Antonio!” Marisol extendié su mano. “Hola... Marisol.” Sus manos se tocaron brevemente antes de soltarse.

Con tono amigable, Jacinta pregunto casualmente, “A qué te dedicas, Marisol?” Antes de que ella pudiera responder, Antointervino, “jEs periodista!” Jacinta se detuvo un momento y luego asintié con una sonrisa, “Ser periodista es una buena carrera, prometedora, con un sentido de honor y lo més importante, no es aburrida. No como nosotros, bailarinas de ballet, que pasamos la mayor parte del tiempo encerradas en la sala de ensayo practicando.” 06-57 Capitulo 722 Marisol sonsin ganas, bajando la mirada y bebiendo agua, sintiendo la mirada inquisitiva de Jacinta sobre ella, como si quisiera descifrar la relacién entre los dos, pero sin preguntar directamente.

No sabia si era por miedo a preguntar o porque tenia un plan, pero Marisol tendfa a pensar que Jacinta no era el tipo de mujer astuta.

Quizas en el pasado, frente a Carla, la heredera, podria haber tenido un juego de ingenio, pero ahora las cosas eran diferentes.

Esta es Jacinta de Antonio....

Elcamarero se acercé para tomar la orden. “Preferirian salsa mixta o picante?” “Mejor la mixta“, dijo Antocon una sonrisa forzada, y luego, como si recordara algo importante, agregé. “jY sin cebolla!” Dos minutos después de retirar los menus, el camarero asintié y se fue..

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Jacinta miro a Antocon sus ojos brillantes, su voz apenas ocultaba su alegria, “Antonio, todavia recuerdas que no como cebolla!” “Si.” Antoasintié, sus dedos jugueteaban con el borde de la taza, con un tono de voz tan monétono como siempre. perezoso. “Eres alérgica a la cebolla, no olvides que soy médico.” Quizas era por la iluminacién, pero el rostro de Jacinta parecia alin mas radiante, “Recuerdo cuando estudidbamos en la Universidad de Colombia, una vez que tuve un antojo terrible por la barbacoa, y buscamos por varias calles hasta encontrar una parrilla. Al final, cuando comlamos, las brasas se salieron y casi prendieron fuego al edifidonde nos hospedabamos. El dueestaba tan furioso que tiré nuestras maletas afuera! iJajaja!” Parecia que Antotambién habia sido atrapado por los recuerdos y solté una risa baja, “Si, esa casera anciana.” “He estado mucho tiempo sin comer esto, lo extrafiaba, especialmente los champifiones a la parrilla que siempre hacias”. conto Jacinta y luego, levantando la mirada hacia Marisol, dijo con una sonrisa, “Marisol, Antococina increiblemente bien!” Marisol se lamié los labios y asinti6 con una risa nerviosa, “Es cierto... es muy bueno...” Su mano oculta bajo la mesa se aferraba a un borde del mantel, ya habfa arrugado una buena parte de él, pero afortunadamente el camarero llegé con la parrilla encendida, las llamas lamiendo el fondo del recipiente y pronto comenzé a humear, el calor subiendo y desdibujando los rostros de ambos.

Probablemente fue la comida mas sin sabor que Marisol habia probado. La mesa estaba llena de platos, pero no sabia qué comer, como si todo lo que probaba fuera como piedra, acumulandose en su estémago.

Después de la comida, Antopagé la cuenta y salieron del restaurante. Quizas por haber hablado tan poco esa noche. Marisol se sentia abatida. La brisa fresca de la noche la hizo bostezar involuntariamente.

Mientras se cubrfa la boca con la mano, una calida respiracion rozé su oido, “Sefiora Pinales, jesta cansada?” La voz de Antono se habia modulado para ser mas baja, y el aislamiento acustico de la puerta de cristal del restaurante era excelente, el bulliinterior era imperceptible, y el callejon estaba tranquilo, salvo por los coches que pasaban.

Jacinta, que venia detras bajando los escalones, se paré en seco al escuchar.

“iSefiora Pinales?” Jacinta contuvo el aliento, preguntando palabra por palabra con cautela. “Antonio, ustedes...” Marisol también contuvo la respiracion, sus manos colgando se crisparon con la ansiedad que sentia. Antoguardo silenpor un momento, y luego dijo con voz baja y pausada, “Jacinta, nos hemos casado.” Capitulo 723