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Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Capítulo 700
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Capitulo 700 En la tarde, mientras ordenaba sus cosas, ella encontré una caja. Lo que no sabia era qué habia dentro.

“Un avién.” Dijo la anciana con un aire misterioso.

Un avién? Marisol se sorprendid y luego solté una carcajada al ver el contenido de la caja. Era efectivamente un avion, pero uno de juguete controlado a distancia que parecia tener ya sus afios. Probablemente era de Antocuando era nifio.

Como era de esperarse, la anciana continué con una sonrisa, “Este era el juguete de Antocuando era pequerio. Su madre se lo compré y él estuvo tan contento que jugd toda la noche sin dormir. Ademaés, era su favorito, durante afos tuvo que dormir abrazado a él. Ahora parece ser el Unico recuerdo que dejé su madre.” Al oir esto, Marisol se tocé instintivamente el cuello. ;Tendria el mismo significado? Tomé el avion y el control remoto de las manos del anciano, colocé las pilas al lado y, tras un poco de manipulacion, para su sorpresa, el avion viejo comenzo a girar su hélice.

Con emocién, Marisol exclamé, “jAbuela, mira, esta volando!” El anciano, sosteniendo una taza de té humeante, se y dijo, “Marisol, realmente eres una nifia que no quiere crecer El pequeno avién volaba suavemente y, siguiendo los movimientos del control remoto en sus manos, a veces incluso daba vueltas, mostrandose muy &gil. Pero por alguna razén, el control remoto comenzé a fallar y poco a poco el avién se volvié incontrolable, volando cada vez mas lejos. Marisol corria detras de él como una nifia.

Al ver que el avién se alejaba, la desesperacién se apoderé de ella.

Finalmente, después de correr desde la puerta trasera del asilo de ancianos, el avién se detuvo, su hélice hizo un sonido de “zumbido*, ralentizédndose hasta caer en meade la carretera, justo en el paso de peatones.

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Era luz roja y los carros pasaban continuamente.

El taxi que acababa de pasar rozé el avién, y si no lo recogia pronto, era probable que fuera aplastado.

Marisol apret6 los dientes y se lanz6 a la calle.

Después de agacharse y recoger el avién, sinti6é un alimomentaneo, pero el entorno inmediatamente volvié a poner su corazon en la garganta. En mede la luz roja, oyé el sonido agudo de una bocina.

“iBEEP BEEP!” Marisol, paralizada, se qued6 agachada sin reaccionar.

El conductor del carro particular que se acercaba estaba claramente asustado y tocaba la bocina con nerviosismo, intentando advertirle que se alejara debido a la velocidad del vehiculo. Pero su cuerpo se congeld, incapaz de hacer nada mas que mirar cémo el carro se acercaba...

Marisol cerré los ojos y no pudo evitar gritar.

Cuando pensé que su final estaba cerca, alguien la agarrd por la cintura y la arrastré hacia si, retrocediendo hasta una zona segura. El carro particular pasé zumbando con su bocina.

Marisol palpitaba con la sensacién de haber sobrevivido a un gran peligro.

“jCasimatas!” Al levantar la vista, sus ojos se encontraron con los de Antonio, cuyas pupilas estaban dilatadas por la tension.

Con el corazén aun acelerado, Marisol exclamd, “jAntonio, bendito seas! Gracias a Dios quearrastraste de vuelta, de lo contraya estarfa camino al hospital.” “Marisol! ;Es que ya no quieres vivir?” Antogrufifa con voz grave y enojada.

Habia salido a responder una llamada y al volver, ella ya no estaba. Solo estaba la abuela sentada en el banco.

Después de preguntar, se enteré de que habfa salido corriendo tras el avién. Cuando salid, la arriesgar su vida cruzando el seméaforo en rojo hacia el centro de la calle para recoger el avién...

Antoapenas podia contener su ira, con ganas de atarla a su cinturén.

Claro que no he vivido lo suficiente!” Marisol rodé los ojos; ain queria vivir muchos afos.

30205 Antoapret6 los dientes, conteniendo su enojo, y reprendid, “Si tienes miedo a morir, jentonces no hagas estas cosas!” Si no recordaba mal, cuando ella estaba a punto de ser atropellada en el centro de la calle, aun abrazaba el control remoto del avion. De hecho, si podia hacer algo tan desesperado como vender un érgano, ;qué no estaria dispuesta a hacer? “No soy ninguna tonta!” Marisol no estaba muy contenta de que la regafnaran tirdndole de la oreja, frunciendo los labios con desdén. “La abuela dijo que esto podria ser lo Unico que tu madre te dejé, y eso tiene que ser muy importante para ti. jPor supuesto que tenia que recuperarlo!” El fuego que ardia en el pecho de Antose apagd de repente.

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incluso si era un avién a control remoto que se podia encontrar en cualquier mercado, solo porque habia escuchado que era lo Unico que su difunta madre habfa dejado, habfa arriesgado su vida para recuperarlo? Los ojos de Antoparpadearon sutilmente, y con una sonrisa dijo: “Nada es mas importante que td.” Justo entonces, un taxi pasé veloz tocando la bocina y Marisol no pudo escuchar bien lo que decfa. Solo cémo su nuez de Adan se movia sutilmente y sus labios se abrfan y cerraban. Confundida, preguntd: “Antonio, ;qué dijiste?” Antoapret6 los labios, la miré severamente y dijo: “Dije que no eres una tonta, jeres una idiota!” “...” Marisol se quedé sin palabras.

El seméaforo cambi6 a verde y ella, mostrando sus dientes en una mueca, fue arrastrada por él de vuelta al asilo.

Ya en la noche, después de charlar con la abuela hasta quedarse dormida, Marisol volvié a su habitacién. Apenas se habfa sentado en el extremo de la cama, Antonio, quien estaba apoyado junto a la ventana fumando, aplastd la colilla en el cenicero y se acercé con pasos firmes.

Sus zapatos tocaron la punta de los pies de Marisol y su robusta figura la presioné hacia abajo: “;Ya ha terminado, verdad?” “Sil” Marisol asinti6, su rostro enrojeciendo sin poder evitarlo.

Sabiendo lo que él tenia en mente en ese momento, intentd detenerlo con timidez: “La habitacién de la abuela esté justo enfrente, y ella dueligero, tu...” “jAcabo de preguntar, y el aislamiento acUstico aqui es excelente!” la interrumpié Antonio.

“...” Marisol no sabia qué decir. jParecia que él lo habia planeado todo! Antopellizcé su barbilla y, con las manos en los bolsillos, se dirigié hacia el bafio: “jVoy a ducharme!” Marisol solté un “Oh*, y sin atreverse a mirar su espalda, tom el vaso de agua de la mesilla de noche y bebid dos grandes tragos, enfriando la sangre que habia calentado con sus insinuaciones.

Justo cuando habfa terminado una partida en su juego del celular y el sonido del agua de la ducha se escuchaba al otro lado de la puerta, la voz grave de Antose filtré a través: “Marisol, padsla bata de bafo. jEsta colgada en el armario!” “Esta bien!” Marisol tuvo que dejar el juego y, poniendo el celular a un lado, se levanté para buscar en el armacomo él habia dicho.

Habia una bata colgada, la descolgé y la puso sobre su antebrazo, luego se acercé a la puerta del bay tocé: “jAqui tienes la bata que pediste!” Pero no hubo respuesta. Volvié a tocar.

“¢Antonio?” Marisol fruncié el cefio, pensando que no la habia escuchado por el ruido del agua, y dudé antes de tocar la manija, pensando en lanzarle la bata dentro. Justo cuando abrié una pequefia rendija de la puerta del bafio, un brazo musculoso de repente se extendid y la arrastré hacia adentro.