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Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Capítulo 699
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Capitulo 699 Marisol repetia esas palabras en su mente, y una leve sensacion acida tocaba la punta de su nariz.

Quizas Rodrigo, su amor de cinco afios, le habfa prometido matrimoy un futuro, pero nunca cumplié ninguna de las dos promesas. Ahora, este hombre llamado Antonio, no solo le habfa dado matrimonio, sino que también le hablaba de un hogar.

Huerfana desde pequeiia y criada en casa de tia Perla, nadie entendia su anhelo por un “hogar”.

De repente, un beso apasionado cay6 sobre ella.

Marisol tardé un par de segundos en reaccionar, correspondiendo timidamente, lo que llevé a Antoa profundizar el beso, apretando su nuca con mayor intensidad. En la habitacién iluminada, solo se escuchaban sus respiraciones entrecortadas y pesadas.

Antola abrazé por la cintura y caminé con pasos largos hacia la cama grande a solo unos pasos de distancia.

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El colchén suave, sin haber sido usado antes, tenfa una elasticidad excelente; acostarse en él era como hundirse en su abrazo. Sus ojos de almendra ya mostraban una mirada lobuna, “Sra. Pinales, jprobemos la cama!” “Antonio, no podemos...” Marisol sacudia la cabeza en panico.

Con un brazo apoyado a un lado de ella, Antofruncié el ceal recordar y preguntd, “;Todavia estas con la regla?” “Hoy es el Ultimo dia“, asintié Marisol. Sus periodos siempre duraban una semana completa. “jEntonces estas intentando seducia propdsito!” Antomurmuré entre dientes, frustrado.

Marisol se sintié injustamente acusada, “Claramente fuiste td quien...” Antonio, insatisfecho, la miré con reproche, bajo la vista hacia si mismo y, como si se desahogara, mordid fuertemente el hombro expuesto de Marisol antes de levantarse de un salto y caminar hacia el bafio, “jOrganiza tus maletas, voy a ducharme!” [x] El sonido del agua corriendo llegd a sus oidos, y Marisol contuvo una risa, segura de que Antoestaba tomando una ducha fria.

Bajo de la cama para abrir su maleta y sacé un marco de fotos que colocé en la mesita de noche. Sus dedos acariciaron las caras de la joven pareja en la foto, y él viddel marco reflejaba la curvatura de su sonrisa bajo la-luz, “Papa, mama, jahora tengo.un-hogar!” En ese momento, Marisol realmente creia que este seria su hogar, pero cuatro afios mas tarde descubriria que no fue mas que una ilusion.

Al dia siguiente, después del almuerzo, Marisol tomé un taxi hacia el hospital privado.

Después de varias sesiones de quimioterapia postoperatoria, su abuela se habfa recuperado bastante bien. El médico la sugirié que podia ser dada de alta, ya que permanecer en el hospital a largo plazo no era beneficioso para recuperacion y generaba estrés. Asi que, después de considerarlo, Antodecidié que la mejor opcién era ubicar a la abuela en una de las mejores asilo de ancianos de Costa de Rosa.

No muy lejos del hospital privado, a media hora en carro, el lugar tenia un excelente entorno, ideal para la recuperacion de los pacientes, con laderas y corrientes de agua, y una vegetacién muy bien cuidada. Se notaba que Antohabia seleccionado el mejor asilo de ancianos para su abuela.

Lo més importante era que, en el jardin, se podian ver de vez en cuando médicos y personal con batas blancas, lo que tranquilizaba a los familiares.

Marisol, apoyando el brazo de la anciana, caminé hacia la pequefia mansion, diciendo sinceramente, “Abuela, en realidad podrias vivir con nosotros. Podriamos convertir el estuen una habitacién y yo podria cuidarte.” La anciana sonrié negando con la cabeza en broma, “No quiero molestar en su pequemundo de dos.” “jAbuela!” Marisol mordi6 su labio, avergonzada.

1/2 25.00 Capitulo 699 La anciana sonrid y acaricié su mano con carifio, diciendo, “Estoy bien aqui, hay muchas personas de mi edad con las que puedo conversar, asi que nosiento sola Ven a visitacuando tengan tiempo!” “Claro Marisol asintié con la cabeza Las pertenencias de una persona mayor no eran muchas, apenas llenaben una maleta.

Marisol terminé de organizar todo en poco tiempo y colocé los articulos de vida diaria que habia comprado en sus respectivos lugares.

La anciana, sosteniendo un album de fotos, le sonrié y le hizo sefias, “Marisol, ;quieres ver fotos de Antode nino?” Sil Marisol se acercé interesada.

Para atender a la anciana, se llev6 un pequetaburete y se sent6 al lado del sofa, observando con gran interés cémo la anciana pasaba pagina tras pagina del album de fotos, que realmente contenia imagenes de la infancia de Antonio, incluso de cuando era un bebé.

Marisol, sefialando a la diminuta criatura envuelta en pafales, pregunté asombrada, “Ese es Antonio?” “isi” “Dios mio, jparece una nifita!” “iJaja!” La anciana solté una carcajada franca y comenzo a reirse con ella, “iNo es para menos, casi pensé que la enfermera lo habfa confundido! Pero de nifio, Antoa menudo era tomado por una nifa por los vecinos, a veces, hasta en el balos vecinos confundidos le pedian que se sentara. Al final, enfadado, hizo que su mama le cortara el pelo al ras, y no se lo dejé crecer hasta que empez6 el jardin de infancia.” “iJaja, no sabia que le pasaban esas vergiienzas!” Marisol se reia a carcajadas.

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Esa confusion era en parte porque tenia unos rasgos muy bonitos. Mirando las fotos del pequeAntocreciendo pagina tras pagina, Marisol sentia como si en esos pocos minutos hubiera participado en su crecimiento.

Ella apoyaba sus mejillas con las manos como una nifia, escuchando atentamente a la anciana relatar con una sonrisa “Esta foto es de cuando iba al jardin de infancia“, “Esta es de cuando estaba en primer grado”, “Esta es de la secundaria”, y asi sucesivamente.

Al pasar a la siguiente pagina con fotos de la escuela secundaria, Marisol a un joven con unifoescolar, ya muy erguido y con rasgos impresionantemente guapos, pero parecia que no estaba solo en esa foto. Justo cuando queria mirar mas de cerca, el album se cerré de golpe.

“Abuela, ;qué pasa?” pregunto sin entender.

La anciana fruncié ligeramente el cefo, parecia haber un toque de arrepentimiento en su expresién, puso el album de vuelta en el cajon al lado y le dijo con una sonrisa carifiosa, “No es nada, de repentesiento un poco cansada. Ve a ver a Antoy preglntale cuando piensa cenar.” En realidad, Marisol queria seguir mirando, y también queria ver mas claramente aquella foto, pero como la anciana le pidié buscar a Antonio, ella no dijo nada mas y sonriendo se levanté para ir a la cocina.

El lugar era realmente agradable, sin la sensacién opresiva de un hospital, era casi como si estuviera en casa.

Como era la primera vez que la anciana se quedaba en el asilo, Marisol temfa que no se acostumbrara y ofrecié quedarse a pasar la noche con ella. Ademas, como el dia siguiente era domingo y no tenia que trabajar, y la cuidadora no venia hasta mafana, podrian quedarse en la habitacion preparada para la cuidadora.

Al caer la noche, las hojas cafan bajo las luces de la calle, creando una atmésfera especial.

Habia muchos bancos en el jardin, y muchos de los ancianos residentes elegian ese momento para salir a pasear o tomar té. Después de sentarse, Antosacé su teléfono vibrante y dijo, llaman del hospital, hay un caso médico que tengo que analizar, ti quédate con la abuela, jyo voy a atenderla!” “Esta bien, ve!” Marisol le dijo con un gesto de la mano.

La anciana abri6é una caja que habia sacado, y Marisol, curiosa, se acercé y preguntd, “Abuela, ;qué es esto?”