Capitulo 92: ;No te importa si destogo un poco ml ansiedad?
La noche se hacia més oscura.
Bajo la luz suave, Valentina se secé con la mano una fina capa de sudor en la frente.
Tan concentrada estaba que no se percatd de que Alonso, en la puerta, la observaba desde hacia rato.
Alonso habla visto las obras de Valentina antes.
La técnica de aquel collar de esmeraldas del Gltimo concurso de joyerfa era algo que incluso los artesanos con
décadas de experiencia dificilmente podrian igualar.
Valentina, con apenas veintipocos afos, tenia una habilidad que solo podia explicarse por un entrenamiento
desde temprana edad y, sin duda, por un talento Innato.
-jAh!
Un grito repentino rompié el silencio.
Valentina miro hacia Giselle al oirlo, viendo que se habla cortado la mano con una maquina.
Inmediatamente, Valentina se acercé para asegurarse de que no fuera grave, y solo entonces se tranquilizé.
Pero esa mano ya no podia seguir trabajando.
Ve al hospital a que te venden, para evitar infecciones -dijo Valentina rdpidamente, deteniendo la hemorragia de
Giselle.
Giselle, al borde de las lagrimas por la culpa, dijo:
-Lo siento, jefa. Fui muy descuidada. ;Retrasaré el trabajo? ;Qué pasa si no terminamos todo para pasado
mafana?
-iLo terminaremos! jConfia en mi!
Valentina la consold, dandole una palmada en el hombro.
-Ve y vuelve pronto, te necesitaré cuando regreses.
Al oir que su ayuda era necesaria, Giselle no se atrevié a demorarse mas.
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-iVoy ahora mismo!
Mientras Valentina vela a Giselle marcharse, noté a Alonso en la puerta.
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-Sefior Valenzuela...
iLa sorprendié que él atin no se habia ido!
Antes de que pudiera decir algo mas, Alonso se acercé rapidamente.
-No tengo muchos amigos en Coralia, y como no tenia a dénde ir, entré. ;No te molesto, verdad? -Alonso
pregunté con sinceridad.
Valentina no pudo evitar una mueca.
El Sefior Alonso Valenzuela de Guadalajara, con tantos deseando ser su amigo. ;Cémo podria quedarse sin un
lugar a dénde ir?
-Ah... por supuesto que no molestas, pero ahora mismo... -Realmente no podia atender a un huésped tan
distinguido.
Alonso comprendi6.
Mir6 los disefios en el escritode trabajo. Su asistente le habia llamado hace un momento, y él ya intuia la
dificil situacién de Valentina.
-¢Necesitas todo esto para pasado mafana? -Alonso fruncié el cefio.
Incluso si esa chica hubiera estado aqui, para ellas dos completar estas joyas en tan poco tiempo seria
extremadamente apretado.
iY ahora solo quedaba Valentina!
-Asi es.
Valentina: «Antes del dia después de manana, jestos conjuntos de joyas deben estar listos a como dé lugar!»
Valentina, con una expresion de disculpa, estaba a punto de pedirle que se retirara para
concentrarse en su trabajo.
Pero apenas comenz6 a hablar, Alonso sinceramente dijo:
-Hace tiempo que no hago estas pequefeces, y justo tengo ganas de hacer algo, la sefiorita Lancaster no se
molesta si uso estas cosas?
Valentina: «;Qué planea hacer?»
Sin esperar a que Valentina reaccionara, Alonso ya se habia quitado el abrigo y lo habia tirado a un lado, luego
se puso un delantal de trabajo.
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Su aire refinado combinado con el delantal la dejé aténita por unos segundos.
Alonso tomé un disey eligié los materiales, sentandose frente a un puesto de trabajo.
Las largas pestafas de Valentina parpadearon..
iEl iba a ayudarla!
-¢Qué haces ahi parada? ;No tienes que terminar antes del dia después de mafiana?
Alonso levant6 la cara y miré a Valentina.
Ella se deslumbré un poco con su sonrisa.
Volviendo a su puesto de trabajo, Valentina no podia ocultar su sorpresa.
-iEl sefior Valenzuela sabe hacer estas cosas!
En su mente, un magnate empresarial de Guadalajara como Alonso, que gana dinero entre risas,
jamas se molestaria en hacer algo asi.
Pero ahi estaba él, luciendo todo un profesional.
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Alonso, como si recordara algo, miré con una ternura especial:
-el Grupo Valenzuela comenzé con joyeria, a mi hermana le gustaba hacer estas cosas, ella
hacia lo que fuera y yoy...
Alonso se detuvo un momento, un destello inusual cruzé por sus ojos, y continué:
-yo y el sefior Mendoza siempre la acompafnabamos.
Valentina: «;Sefior Mendoza?»
Después de aquella fiesta de celebracion, Valentina buscé en intea la «Lucy» de la que
hablaban.
Raul Valenzuela de Guadalajara solo tenfa una nieta, llamada Lucia Valenzuela.
Ese nombre, «Lucia Valenzuela», le parecia familiar.
Hacia tres afios, Lucia se casé. No era de extrafiar que en la fiesta Alonso dijera que el sefior
Mendoza la habia confundido con Lucia.
Mientras Valentina reflexionaba, una gema de colores quedé pulida.
De manera habitual, tomé un lapiz y, con devocién, dibujé una llama en la gema, luego la colocé
cuidadosamente sobre un pafo de terciopelo.
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Después de hacer todo esto, su mirada se encontré accidentalmente con los ojos sorprendidos
de Alonso.
-iQué es esto?
Alonso, abandonando su habitual elegancia, sefiald la llama en la gema y pregunté con seriedad.