Cariño eres multimillonario

Capitulo 285: Interferencia no Deseada

(Asi que era eso? Valentina y Aitana hablan convivido durante un tiempo, por lo que no era extraque

Valentina hubiera visto el diseen Altana. Sin embargo, don Rall, aun con dudas, quiso confirmar

personalmente:

-¢Es verdad lo que ella dice?

Valentina se debatia internamente. ;Era realmente como decia Aitana? Su intuicién le decia que no, y por alguna

razén, no queria creer ni una palabra de Aitana. Valentina permanecia en silencio, frunciendo el cefio,

reflexionando sobre cémo habla bordado ese disefio.

Al recordar, se cuenta de que mientras bordaba, su atencién estaba completamente enfocada en reparar el

dafio, y el disesurgi sin pensar, como si estuviera grabado en su memoria, indicando su importancia.

La reaccién de don Ral al disesugirié que también era significativo para él. El silenllenaba la habitacion.

La falta de respuesta de Valentina irritaba a Aitana, aunque supuestamente ella no deberfa estar al tanto de la

pregunta especifica de don Raul sobre el disefio.

Asi, Aitana continué actuando inocentemente.

-Abuelito, Valen, ;qué pasa con ustedes? ;Por qué estan tan raros?-Al ver que don Rall seguia fijo en Valentina,

Aitana aumenté su actuacién-. Abuelito, siestan escondiendo algo, yo no estoy de

acuerdo.

Parece que sus quejas tuvieron efecto. Don Raul finalmente desvié su mirada de Valentina y acaricié la mano de

Aitana.

-No es nada, ;cémo podria esconderle algo a mi querida nieta Aitana? Tal vezpreocupé sin razon. -A pesar

de sus palabras, la duda aln se reflejaba en sus ojos.

Aitana observaba, no podia evitar sonreir con sarcasmo interiormente: decian que no le ocultaban nada, pero en

realidad, ain le mantenian cosas en secreto. Rall Valenzuela, quien en su juventud habia elevado al Grupo

Valenzuela a ser una de las tres familias mas destacadas de Guadalajara por su propia cuenta, era conocido por

su astucia y su desconfianza, cualidades que no debian subestimarse.

Aitana se mordi6 el labio, se agachd y apoy6 su cabeza en las rodillas de don Rail.

-Nadietrata mejor que mi abuelito.

Valentina también habia tenido momentos asi, buscando alegrar a don Ral apoyéndose en sus rodillas. Esta

escena provocé un momento de pausa tanto en Valentina como en don Rall. A Valentina le parecié familiar,

mientras que don Rall por un instante casi confunde a Aitana con Valentina. Sin embargo, fue solo un momento

antes de que don Rall volviera en si. Con un gesto, acaricié la cabeza

de Aitana.

Por supuesto que soy el mejor contigo.

(Que tal si salimos a dar una vuelta? Aitana mir6 a don Rall, deseando alejar a Valentina de su

Presencia

Claro, clu digas.

Después de que Aitana y don Raul salieran. Valentina también se retiré. Aunque adn no era la nora del banquete,

la Villa Valenzuela ya estaba llena de invitados.

Altana llevo a don Raul al patrasero para tomar aire, mientras Valentina encontré un rincén tranquilo en el

padelantero. A pesar de la distancia, los tres no podian dejar de pensar en el disebordado.

Desde que Valentina perdié su memoria, nunca habla deseado tanto recordar su pasado como en ese momento.

El diseen el traje persequia a don Raul, quien estaba convencido de no creer la versién de Artana. Aquel

disetenia demasiados detalles que serian imposibles de recordar con un simple

vistazo

-Aitana, siento trio.

Duo don Raul deseando volver a su habitacién para examinar mas de cerca el disebordado. Altana.

sorprendida, ofrecid ir por una chaqueta, pero don Raul la detuvo.

-No hace falta, mejor volvamos.

Aunque Aitana mostré un ligero disgusto, no pudo oponerse a la decisién de don Raul Al regresar habitacién,

noto inmediatamente que la atencién de don Raul se centraba en el traje.

A pesar de que él mismo lo habla dafiado la noche anterior, Aitana resentia el hecho de que Valentina hubiera

intentado repararlo, convencida de que, asi como el traje, la percepcién de don Raul hacia ella estaba

irremediablemente rota.

Sin embargo, no esperaba que Valentina recreara ese diseespecifico. jAcaso Valentina no habia olvidado su

pasado? ;Como podia recordar ese disefio? Cuanto mas lo pensaba Aitana, mas furiosa y ansiosa se sentia.

-Si el abuelo no desea salir, entoncesquedaré aqui contigo.

Dijo Aitana con una sonrisa inocente en el rostro. Estar al lado de don Rall siempre le ofrecia la oportunidad de

hacer que las cosas reparadas se rompieran de nuevo. Sin embargo, don Raul le

instruvo.

-Los invitados ya estan aqui abajo. Como la Unica descendiente directa de nuestra familia Valenzuela. deberias

recibirlos. Conocer a todos también sera beneficioso para tu futuro.

Altana, recordando el testamento que don Rall habla preparado, vacilé.

5]

-Federico te acompanara, -dijo don Rall al llamar a Federico. Tras pensarlo un momento, Aitana finalmente

decidi6 seguir a Federico fuera de la habitacion.

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En la habitacién, don Rall se quedé contemplando el disebordado en el traje, absorto en SUS pensamientos.

En la planta baja, en el padelantero, Aitana se movia entre los invitados, siendo el centro de atencion.

Valentina, observandola desde lejos, no podia evitar sentir repulsion. Se rela de si misma por sentir nduseas en

territoajeno, convencida de que nunca habia sido de las que envidiaban el éxito ajeno. Sin embargo, no podia

evitar encontrar a Aitana particularmente irritante.

-Suspiro...

Temiendo sentirse mas incémoda, Valentina decidié alejarse hacia un lugar mas apartado. Pasé junto a unos

arbustos, dejando atras el bullicio, hasta que el sonido de las voces se desvanecié por completo. Solo entonces

se detuvo y se apoyd en la barandilla, sin saber que su silueta era visible para don Rall a través de la ventana.

La hora del banquete se acercaba rapidamente. Federico entré a la habitacién.

-Don, casi todos los invitados han llegado. El sefior Alonso, la seforita Valenzuela y la joven Aitana estan abajo.

(Cree que deberiamos bajar ahora? -Federico esperaba respetuosamente una respuesta. Don Rall retir6 su

mirada de la ventana, pensando en lo que habia planeado para el banquete de cumpleafios, frunciendo el cefio.

Después de un momento, dirigié su atencion al traje en el armay le dijo a Federico:

-Cambiemos a ese traje.

Federico se sorprendid, ya que sabia que el traje estaba dafiado. Sin embargo, al mirar de cerca el lugar donde

se suponia que estaba el dafio, noté que no habia rastro de deterioro,

En su lugar, habia un disebordado que se fusionaba perfectamente con el color del traje, haciendo casi

imperceptible el arreglo a primera vista.

Sorprendido pero obedeciendo las érdenes de don Rall, Federico tomo el traje, ayudé a don Rall a vestirse con

él y finalmente lo acompafd fuera de la habitacién.

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