Capitulo 274: jEstan en una Cita?
Charles, entendiendo la intencién de Altana, se adelanté hacia la direccién de la voz femenina,
dispuesto a defender el honor de la verdadera seforita Valenzuela. Primero la espalda de un hombre y luego
a la mujer sentada frente a él. Al levantar la vista hacia él, Charles se quedé momentaneamente estupefacto,
capturado por su belleza.
Valentina levantd su taza y sonrié ampliamente.
-buscabas a mi? -Esa voz, sin duda, era la de la mujer que habla «criticado a la heredera de la
familia Valenzuela.
Conteniendo su admiracidn inicial, Charles dijo.
-Por favor, seforita.
Quizas porque habla bebido demasiado rapido, Valentina sintié que el alcohol le subia mas a la cabeza. Al
intentar levantarse, Alonso la detuvo primero, agarrandola del brazo.
“Valen, estas borracha, te llevo a casa. -Su voz era suave y agradable.
Pero Valentina neg con la cabeza, mirando a Alonso.
-Alguienha invitado a tocar el piano.
Si hubiera sido cualquier otra persona, habria preferido mantenerse alejada para no disgustarse. Pero siendo
Aitana quien la retaba, y bajo los efectos del alcohol, estaba dispuesta a aceptar el desafio.
Liberédndose del agarre de Alonso, Valentina se levanté y le una palmada en el hombro.
-No te preocupes, estaré bien. -Viendo que no podia convencerla, Alonso accedié a su deseo.
Alonso la siguié para protegerla. Aunque nadie lo habla reconocido al principio, su presencia no pasé
desapercibida para algunos empresarios que lo identificaron inmediatamente.
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-Sefior Valenzuela...
(Qué estaba pasando aqui? La verdadera heredera de la familia Valenzuela estaba presente, y Sefior Valenzuela
también. ;Y la mujer con él era la que habia criticado a la heredera?
La atmésfera se volvié tensa de repente.
Aitana no esperaba que fuera Valentina, y menos alin que estuviera con Alonso ;Estaban en una cita? Un
pensamiento malicioso cruzé su mente.
Valentina se acercd al piano, y todas las miradas se centraron en ella. Vestida simplemente con un suéter y
jeans, parecia estar casualmente preparada para dar un paseo después de cenar. Pero su belleza natural,
sentada ahora al piano, la hacia resplandecer como si llevara un vestido de gala.
-Ah, eres ti, hermana, -dijo de repente Altana, elevando la voz intencionadamente para que Santiago la oyera.
Ignorando a Aitana, Valentina fruncié el cefio. ;Una cita? (Qué le importaba a ella?
Desinteresada en dialogar mas con Altana, Valentina tocé una tecla del plano, emitiendo un sonido agudo, como
manifestando su disgusto, Altana, frustrada pero conteniéndose, intenté provocar ain
mas.
-Hermana, ino vas a dedicar esta pieza a alguien en particular?
iDedicar a quién?
Valentina miré a Alonso. Decidié Ignorar a Altana sin dar respuesta. Altana realmente le resultaba insoportable,
su voz era tan irritante que Valentina temla no poder contenerse. Lo mejor serla terminar rapido y dejar que
Altana se callara,
Pero, ;qué deberia tocar? La memoria de Valentina sobre plezas de plano era borrosa. No recordaba nada en
particular, pero al tocar las teclas, sinti6 una extrana familiaridad.
De repente, una imagen surgié en su mente... Una mujer con el cabello largo sentada frente al plano,
derramando una melodiosa melodia entre sus dedos. Una nifia pequefa la miraba con ojos llenos de admiracién.
Después de que la mujer terminaba, la nifia corria hacia sus brazos.
in sus
Mama, eres increible, yo también quiero ser como td. -La mujer la levantaba, sentandola en rodillas. Si Valen
quiere aprender plano, mama te ensefara.
Los recuerdos se alejaban.
Valentina, con un aire distante, murmuré.
-Mama...
(Esa hermosa mujer era su madre?
Un sentimiento extrafio, como una marea, surgié en su corazon. Al oir a alguien apresurandola, Valentina, sin
pensar, dej6 que sus dedos danzaran sobre las teclas. La melodia que broté era la misma que su «mama habia
tocado en su recuerdo. Al principio, estaba un poco insegura, pero pronto, la musica fluyé con naturalidad, como
si la hubiera practicado miles de veces. Cada’nota parecia grabada
en su ser.
Aitana no esperaba que Valentina supiera tocar el piano. Durante afios en la familia Lancaster, Valentina siempre
habia sido desinteresada y nunca se le habia visto cerca del piano familiar.
Pero ahora, viendo las expresiones de aprede los presentes, estaba claro que Valentina la habfa superado en
el piano. Sin embargo, Aitana no podia aceptarlo.
Alonso miraba a Valentina con atencién. Aunque sabia que a Valentina le gustaba escuchar musica de piano
mientras disefiaba, nunca imaginé que tocara tan bien.
La pieza era poco conocida, pero sorprendentemente agradable al oido.
En el exterior del restaurante, justo al salir del ascensor, Diego se detuvo al oir esa familiar melodia.
-¢Qué pasa? -Silvana not6 su reaccion.
Al terminar la pieza, Diego volvi6 en si.
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Hace mucho que no escucho esta cancion.
Era una pieza poco comdn, y le sorprendia escucharla alli.
Silvana, sorprendida, sabla que a su jefe no le interesaba mucho la musica.
-¢Quiere que invite al pianista?
Diego fruncié el cefio. Tenla asuntos importantes y no queria desviarse por una pieza de piano.
-No hace falta.
Dejando esas palabras atras, entré a un salén privado.
En el restaurante, Valentina termind de tocar y se levanté del banco, pero el silenseguia reinando a su
alrededor. No se podia negar que la sefiorita Valentina tenia razon al criticar a Aitana, la heredera de la familia
Valenzuela. Aunque la pieza que tocé no era conocida por los presentes, su habilidad en el piano superaba con
creces a la de Aitana. Sin embargo, la posicién de Aitana como heredera de la familia Valenzuela era indiscutible,
y en ese tipo de situaciones, personas como Charles ya sabian
como actuar.
-Ja ja, ja, yo no entiendo mucho de esto, pero para mi, lo que tocaron la sefiorita Aitana y esta sefiorita fue—
més o menos lo mismo, -dijo Charles, intentando suavizar la situacién-. M&s o menos-
Pero la diferencia era abismal.
A pesar de sus verdaderos pensamientos, todos segufan el juego:
-Si, sefiorita Aitana, jcuando es el cumpleafios de don Ral?
-Exacto, seforita Aitana Valenzuela, ;tendré el honor de felicitar personalmente a don Radl en su dia?
-Sefiorita Aitana Valenzuela...
Incapaces de desacreditar a Valentina para favorecer a Aitana, optaron por ignorar a Valentina y concentrar toda
su atencién en Aitana como una forma de halagarla.
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