Capitulo 155: Ella se convirtié en la afortunada?
Después de hablar, Alonso mird a Valentina con una sonrisa. Pero Valentina estabal
completamente desconcertada.
“iAbuelo? ;El anciano era el abuelo de Alonso? jAcaso no era don Rall de la familia Valenzuela de Guadalajara?
Y ademas... ;Era ella la persona que él queria presentar a su abuelo?
(Habia entendido mal? No seria, verdad, que queria presentarla a su familia?
Valentina respiré hondo, evitando la mirada de Alonso, y se dijo a si misma que definitivamente no se trataba de
presentarla a la familia.
Ella y Alonso eran amigos, y era normal que los amigos presentaran a otros amigos a sus
mayores.
Pero Dylan, como observador, estaba realmente sorprendido.
La forma en que Alonso miraba a Valentina no era precisamente inocente.
De repente, se cuenta de que Alonso podria estar tomando en sea Valentina.
iDios!
La primera reaccién de Dylan fue que la relacién entre Santiago y Alonso no iba a mejorar.
Valentina no era como Lucy.
Alonso sentia mas que fraternidad por Lucy, pero siempre se habia contenido debido a su relacién de hermanos.
iPero Valentina era diferente! Si realmente comenzaran a competir, Alonso podria no perder.
Dylan pensé que, en la situacidn actual, su tarea esa noche parecia un poco abrumadora. Pronto, se gir hacia
un lado, esperando que Santiago viniera en persona a proteger a su esposa.
Justo entonces, una figura acercandose desde el borde de la multitud. Dylan se alegré por dentro, finalmente
habia llegado. En ese momento, la voz de don Rall son6é nuevamente:
-Por supuesto que sé que no es Lucy, Lucy es Lucy, ella es ella, sus ojos tampoco se parecen a los de Lucy...
No se parecian a los de Lucy. {Sino a los de su hija, Citlali!
Don Rall tomé la mano de Valentina.
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-Asi que te llamas Valentina Lancaster, ;cdmo nodijiste tu nombre todos estos dias? También es mi culpa,
siempre llamandote jovencita sin preguntarte, soy un viejo despistado.
Don Ral sonrié. Mird a Valentina con una mirada especialmente carifiosa,
-Entonces, puedo llamarte Valen?
Valentina no podia rechazar esa mirada.
-Por supuesto, sefior -asintié Valentina.
-Sefor -hizo que don Rall frunciera el cedescontento. ;No ibas a llamaabuelo?
Valentina se quedé perpleja. Don Raul la miraba, y ella pensé que no habia nada de malo en llamar abuelo al
pariente de un amigo. Entonces Valentina corrigid.
-Abuelo.
-Esta bien, jejeje... -Don Raul asintié satisfecho y luego le dijo a Valentina-. Ven, empuja mi
silla, tengo algo que decirle a todos.
Valentina agarré el manillar de la silla de ruedas de don Radl.
Las palabras que don Raul acababa de decir resonaban en la mente de Alonso, generando un
presentimiento inquietante.
Valentina apenas habia avanzado unos pasos empujando a don Raul cuando Alonso,
instintivamente, la llamo.
Valentina.
Valentina se gird, encontrandose con su mirada confundida. Pero Alonso no sabia qué decir. Tenia una sospecha
en su mente, una sospecha que lo asustaba y rechazaba.
-Vamos, Valen -don Rall la insté suavemente.
Estaba ansioso por presentar a su nueva nieta a todos.
Valentina se gird y continué empujando a don Raul hacia adelante.
-Damas y caballeros, les doy la bienvenida a todos hoy a la celebracién donde reconoceré a mi nueva nieta -
anuncié la voz de don Rall. De inmediato, todas las miradas se dirigieron hacia ellos.
Lucia esboz6 una sonrisa, conocia el itinerade hoy: después de que su abuelo la presentara,
+15 BONOS
ella deberia ofrecerle flores y hacer una reverencia ante todos los presentes. Cuando era pequefa y su abuelo
los llevaba a casa, no habla tales ceremonias. Pero él habia dicho que hoy era como un regreso a sus raices, y
que no faltaria ninguna tradicion.
Al ver a Valentina empujando la silla de ruedas de su abuelo, Lucia fruncié el cebrevemente, pero no le dio
mas importancia. Avanzé decidida hacia don Rall. Al pasar por donde estaba Aitana, esta aproveché la
oportunidad para susurrar emocionada.
-Felicidades, sefiorita. Todos aqui la envidian muchisimo.
Tras decirlo, no pudo evitar lanzar una mirada a Valentina.
-En este momento, quien deberia estar al lado de don Rall es usted, sefiorita. Mi hermana realmente no
entiende, espero que no le guarde rencor.
Lucia le lanz6 una mirada comprensiva a Aitana, entendiendo sus intenciones. Sin decir nada, echd un vistazo
involuntahacia Santiago, quien estaba fuera de la multitud, y luego continué
avanzando.
-Esta es mi nieta, se llama Valentina Lancaster. Espero que todos ustedes la cuiden mucho
soné nuevamente la voz de don Ral,
El nombre <
impacto. Alonso apret6 los pufios, como temiendo la llegada de algo, sus ojos temblaban ligeramente. Lucia se
detuvo abruptamente. La sonrisa en su rostro desaparecid, reemplazada por una mirada de incredulidad.
(Valentina? ;Cémo podria ser ella?
Desde que su abuelo decidié en el hospital adoptar una nueva nieta, ella habia estado siempre a su lado. El la
llamaba «chiquilla» y aunque ella dudé de la existencia de tal persona, el médico explicé que era una
alucinacion debido a un tumor cerebral.
-Abuelo...
Las Ultimas palabras de Lucia fueron casi un grito mientras corria hacia él
Lucia llegé frente a don Raul.
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-Abuelo, mireme...
Queria que don Rall la viera claramente, ella era la «chiquilla» de sus alucinaciones. Pero don
Raul sonrié y dijo.
-Lucia, por favor muévete. Ven aqui, Valen. **
Solo le lanzé una mirada a Lucia antes de girar hacia Valentina.
Valentina seguia en shock. Sintiendo todas las miradas concentradas en ella, se sintié
+15 BONOS
extremadamente incémoda. ;Qué habia dicho don Raul? ;Su nieta... ella? ;Cémo podria ser la afortunada?
-Usted... jestd bromeando? -pregunté Valentina.
¢Acaso se reconocia a una nieta asi nomas? Seguramente don Rall se habia confundido de persona. Esta
suposicién la inquietd atin mas, y rapidamente expreso.
-Mireme, soy Valentina Lancaster -jNo era su nieta!
Pero don Rall la observé durante un largo rato, y cuanto més miraba esos ojos, mas carifio
mostraba.
-Si, Valentina Lancaster, eres td, jquién mas podria ser? jQué nifia!
Don Rall la miraba con ojos llenos de afecto, como si viera en ella a Citlali. Recordd la noche en que enfermd,
cémo ella estuvo a su lado esperando la ambulancia, con un rostro lleno de preocupacién y miedo, igual que la
Citlali de su nifiez. Sabia que quizas Citlali nunca regresaria, pero en ese momento decidié considerar a esa
joven como su hija, dispuesto a cumplir todos sus
deseos.
-Valen, norechaces, sé mi nieta -dijo don Rall, con una mirada casi suplicante.
Todos los presentes se quedaron aténitos ante la escena. jQué estaba pasando? ;Valentina no queria ser nieta
de don Rall y él la estaba rogando?
-Dios mio, qué pasa con esta Valentina?
-Si, con tan buena oportunidad, parece un poco reacia.
-Si ella no la quiere, yo estaré mas que feliz de tomar su lugar...
Los murmullos se extendieron por la multitud, todos mirando a Valentina con envidia.